Conocido en su patria como el Apóstol de Cuba, José Martí comprobó con su vida que es posible vivir en congruencia con los ideales a pesar de los inconvenientes y la distancia. Necesitamos volver la vista atrás y reaprender de hombres como él, que han dado la vida por un sueño; la importancia de su obra para intentar emular sus aspectos más sobresalientes en beneficio propio y del prójimo, y para entender esto en su completa magnitud es necesario conocer “al hombre” en su contexto y circunstancias para darnos cuenta así, de cómo todos somos potencialmente artífices de las proezas o desgracias de otros, según nuestras acciones y omisiones.
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